MURIÓ EL ÚLTIMO CHOCOLATE
Por Andrés Pascual A Alfredo Armenteros no lo apodaron Chocolate porque lo confundieran con el famoso Eligio Sardiñas. En el 2003, m...
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Por Andrés Pascual
A Alfredo Armenteros no
lo apodaron Chocolate porque lo confundieran con el famoso Eligio
Sardiñas. En el 2003, mientras se tomaba un trago en la barra del
Bongo's Cuban Café de South Beach, me confesó: “fue un tío mío,
me lo decía desde niño y ni sé por qué...”.
Nadie podía confundir a
Alfredo con Eligio en nada, aquella noche tuve que explicarles, a un
grupo de jóvenes que laboraban en el lugar, quién era aquel negro
que hablaba y hablaba de música cubana como ajeno, sin apropiarse un
ápice de la grandeza de nuestros ritmos, a los que tanto contribuyó
y podía, nunca refiriéndose a sí mismo; recuerdo haberles dicho,
“este hombre es un mito de tan alto que ha elevado su leyenda...”,
entonces CHÓCOLO ME ABRAZÓ, NOS CONOCÍAMOS DESDE EL 1993.
Murió Alfredo
Armenteros, que no necesitó de su relación familiar, del nombre de
Beny Moré para ser inmortal, pero, como está sucediendo todo hoy,
gente que no reconoce la grandeza absoluta del trompetista, aunque
traten de disimular, creen que se pueden quedar cortos si no
mencionan al ídolo de Santa Isabel; por favor, para hablar del
hombre de 88 años años que falleció el pasado día 6 de enero de
cáncer, engavete el nombre de Beny y le hará un favor a la historia
musical más rica y pródiga de América, por lo menos una vez sea
valiente y justo, a fin de cuentas, no pierde nada, Chocolate no lo
necesitó.
Por Chocolate conocí a
dos leyendas cubanas, porque Sirito Matamoros y yo lo llevamos a
visitar a José Curbelo a Kendall y ¡OIGA ESO! A Mr CHICO O'FARRILL,
que estaba en Broadward en casa de un familiar y arreglaba algo para
una orquesta que tocó, mal recuerdo, en el Miami Dade o en la
Universidad de Miami; en el itinerario nos acompañó otro legendario
de verdad, con quien compartí muchísimo cada vez que visitaba a
Sirito: ROGELIO MARTÍNEZ, director de la Sonora, que, muy al estilo
castrista, todavía los “medios grandes” de Miami no saben que
falleció, ni que murieron Lino, Caíto...desde hace rato hay que ser
castrista para estar en la guía de teléfonos y ni así, porque el
tiranísimo, todavía, no escribe la primera línea respecto al
Premier Marrero, señal de que “no lo han querido matar con tan
nefasta noticia”, por lo que se ve...
Uno de los 4 grandes
Chocolates de Cuba: Félix “Chocolate” Alfonso, bongosero de
Arsenio que inició con Carabina de Ases de Oxamendi y se quedó con
algunos músicos del tresero cuando este se asentó definitivamente
en Nueva York, entonces nombró a su conjunto Las Estrellas de
Chocolate; mientras, Félix Chappotin hizo lo mismo y le resultó
mejor, porque se llevó a Lilí y a Miguelito. El 4to fue aquel
simpático y pintoresco personaje de “la cuadra de Paco Prío”,
que lo mismo estaba “trajeado con gorra en combinación” en el
Cerro, que en el Club Gallístico con un gallo de Panchín en las
manos, que recibiendo, todos estupefactos, a Winston Churchill en La
Habana. El primero de todos el peleador de Pincho Gutiérrez.
Chocolate Armenteros
llegó recomendado a Arsenio, sin dinero suficiente para comprar los
dos trajes que el inmortal creador del son-guaguancó exigía,
entonces el Ciego le regaló un número para que cobrara utilidades
por derecho de autor y “se compusiera”, era la forma como Arsenio
ayudaba a los novatos; a Alfredo le dio “Me pasé de guaño”.
Con Arsenio Rodríguez
Alfredo se internó en los secretos del son guaguancó, del “guaguacó
de tiempo España” y de la santería, incluso se hizo un tremendo
bailador de columbia. Y se influyó completamente del estilo de
Chappotín para tocar el estilo Arsenio, por lo que, bajo ningún
concepto, puede considerarse a Chocolate Armenteros como el creador
de la forma como interpretaba los ritmos cubanos, que le perteneció
a Félix Chappotín, con agudos espaciados; pero, cuando llegó, a
su salida de Cuba a mediados de los 50's a Tito Puentes, bajó un
poco el tono y “melodió” para interpretar el sonido New York, la
combinación de Machito y Arsenio que le dicen “salsa”.
Dos de las mejores
producciones disqueras de Chocolate Armenteros no las ha mencionado
nadie y son maravillas del villareño trompeta de oro, me refiero a
los larga duración con el músico neoyorrican Justi Barreto, dos
tremendos homenajes a la música cubana: el primero CONGAS CUBANAS y
el otro GUAGUANCÓ CUBANO, en ambos tocó Chocolate la trompeta, en
el homenaje a la conga incluso trompeta china.
Amigo íntimo de Tito
Rodríguez, de madre cubana, padre dominicano y nacido en Puerto
Rico, Chocolate decía, “se sentía más cubano que yo...”.
Alfredo fue un admirador
fiel y decidido de Paquito y de Arturo, según nos dijo una noche a
Siro y a mi, “están en el nivel de cualquiera aquí y por arriba
en los demas lugares...”.
No tenía intención de
regresar a Cuba “ni si se cae aquello”. Hoy, como acostumbro cada
vez que la nacionalidad se muere “un poco más” con la pérdida
de sus glorias, no le doy el pésdame a nadie, me lo doy a mi mismo,
se lo doy a quienes se consideren y vivan como cubanos de verdad, que
somos quienes perdemos un pedazo de historia, del alma nacional
cubana, cada vez que nos sorprende una noticia nefasta como la del 6
de enero pasado.